
Por qué el autocuidado no es egoísmo sino esencial para nuestro bienestar.
Below is the Spanish version of my article “Why self care is not selfish but essential”.

This translation was undertaken by María Inés Mogaburu, a psychiatrist and writer based in Argentina. I am most grateful for María’s time and efforts.
Not being able to read or speak Spanish, my apologies if the post layout is not perfect.
El autocuidado es esencial para nuestro bienestar. Sin embargo, ponernos como prioridad nos causa culpa y vergüenza. ¿Por qué esta lucha interior? ¿Cómo hacer para facilitarnos las cosas?
La idea del autocuidado es común, pero cuidar de nosotros significa ponernos en primer término. Y puede ser más fácil decirlo que hacerlo. Porque al hacerlo podemos sentirnos culpables y avergonzados.
1. La culpa con respecto al autocuidado.
Dependiendo de nuestra edad, y de nuestros antecedentes sociales y religiosos, y de nuestros valores, poner primero a los otros puede constituir una piedra fundamental de tu cultura. A mí también me educaron así. Hay mucho para decir sobre el inegoísmo y la conciencia social. Pero lo que no adquirí fueron la habilidad y la responsabilidad para cuidar de mí misma.
Estuve tan ocupada cuidando a otros, incluso a algunas personas que no necesitaban mi ayuda, que descuidé mis propias necesidades.
Me sentía segura infiriendo que el código social que yo estaba siguiendo , implicaba que los otros cuidarían de mí cuando fuese necesario. Lamentablemente no fue así. También significa que no por ser buena persona a una la tratarán bien. No. Ingenuo como pueda parecer, esa ficha me cayó mucho más tarde en la vida.
Si te pasó, tal vez notaste la incomodidad y el desdén que sentías al poner tus propias necesidades en primer término. ¿ Por qué? Porque podemos ser juzgados como egoístas, arrogantes, y antisociales.
Entonces, priorizarnos puede hacernos sentir incómodos, avergonzados, culpables.
2. Lo que hacemos por amor.
Dependiendo de cómo nos educaron, podemos haber desarrollado la creencia de que recibir amor, elogio, y reconocimiento, está ligado al cuidado que mostremos por los otros. Y a menudo, a pesar de todo el cuidado que mostramos por los demás, no obtenemos ese amor que tanto anhelamos y merecemos. Así que nos esforzamos más aún. Y aun así no es suficiente (¡aparentemente!) Y llegados a este punto podemos llevar la cuestión de priorizar a otros a un extremo. Entonces, consciente o inconscientemente, el amor y la preocupación por otros se ligan a condiciones por nosotros o por otros: Si haces x obtendrás amor. Pero nunca funciona. Porque el amor verdadero es incondicional.
La realidad es que todos somos merecedores de amor. Tristemente, a menudo se nos hace creer que no.
La creencia de que no somos merecedores de amor es una de las falsedades más peligrosas que arruinan nuestras vidas.
Por eso es que a tantos de nosotros nos es más fácil hacer elogios que recibirlos.
3. El momento del despertar
A largo plazo, ocuparnos tanto de los otros a expensas de nuestras propias necesidades, puede causarnos malestar, decepción, amargura, resentimiento. En algún momento descubrimos que esta cuestión del cuidado tenía un solo costado, nosotros mismos. Pero debemos aceptar nuestra responsabilidad. Hacen falta dos para que algo así ocurra. Si siempre les resolvemos todo a los demás, ¿cómo van a aprender a ser independientes? ¿Cuándo se van a dar cuenta de que esperamos de ellos un cambio de actitud hacia nosotros?
4. Haciendo que el autocuidado ocurra. Cambio y conflicto
Podemos temer, y puede habernos ocurrido, que haya conflicto cuando privilegiamos nuestro autocuidado. Sobre todo con aquellas personas que estaban acostumbradas a que las pusiéramos en primer término. Si les retiramos atención, tiempo y recursos, lo notan y reaccionan. ¿Quién no lo haría? A mí me pasaría lo mismo, ¿a ustedes no? Pero en ese caso espero
. Pedir una explicación y reflexionar sobre la que me den
. No juzgar y acusar al otro de egoísta
. Ser comprensivo con respecto a las necesidades del otro. Aunque sea con un poco de mal humor
Pero yo sobreviviría, y le diría: ¡Bien por ti! ¡Por fin te estás cuidando y teniendo en cuenta!
5. La habilidad para autocuidarte
.Decir que no
.Ser consistente
.Delegar
.Pedir ayuda
.Dejar que los otros se hagan cargo de su propia vida
Si no estamos acostumbrados a cuidar de nosotros mismos puede llevarnos un tiempo aprender a sintonizar con nuestros cuerpos, sentimientos y mente, que nos dirán lo que necesitamos.
Puede llevar un tiempo aprender a confiar en tu intuición y criterio.
Eso se debe a que hemos subutilizado ese mecanismo interno complejo y sabio que nos brinda guía interior.
No te descorazones si te lleva un tiempo. Nada es algo perdido, todo te beneficiará.
6. Y finalmente: no es una competencia.
Puede haber una línea muy fina que conecta el cuidar de uno y cuidar a otro. No tienen por qué excluirse. Debería lograrse un balance saludable entre ambos.
Hay momentos en que elegimos posponer nuestras propias necesidades en pos de las de otro. Pero eso no puede ser algo permanente.
El autocuidado no es egoísmo. Es ser responsables de nosotros y de los demás.
Sin comprender y honrar esta responsabilidad, tu vida vibrará menos, y tendrá menos color, energía, potencial, equilibrio, posibilidades, amor, y paz.
Thanks to you, my website is among the Top 10 UK Psychotherapy Blogs
Be the first to comment